La confortable vida en prisión que le espera a Elizabeth Holmes luego del veredicto que la declaró culpable
Fuentes del área penitenciaria aseguran que la fundadora de la desaparecida Theranos probablemente tendrá acceso a practicar deportes, oficios y manualidades en recintos de baja seguridad.
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Alguna vez destacada como la multimillonaria hecha a sí misma más joven del mundo y un emblema del emprendimiento de Silicon Valley, Elizabeth Holmes probablemente pasará los próximos meses en una acomodada prisión con acceso a canchas deportivas y sin valla perimetral.
La empresaria de 37 años fue declarada culpable el lunes por un fraude masivo en Theranos, la startup de análisis de sangre que fundó, y ahora enfrenta hasta 20 años tras las rejas. Pero asesores penitenciarios y expertos legales dicen que Holmes podría cumplir tan solo tres años de reclusión, en una de las instalaciones menos restrictivas del sistema penal federal para delincuentes de cuello y corbata no violentos.
Las alternativas
Holmes podría ser enviada a un recinto de prisioneros en Dublín, California, donde las actrices Felicity Huffman y Lori Loughlin cumplieron condenas por sus roles en un escándalo de trampas en admisiones universitarias, y donde la heredera mediática Patty Hearst pasó un tiempo a fines de los 70 por robar un banco.
La exdirectora de Theranos también podría terminar en una prisión similar en Victorville, al sur del estado. Cualquiera de las dos posibilidades sería menos restrictiva que el recinto de seguridad intermedia donde actualmente reside la británica Ghislaine Maxwell, luego de su condena la semana pasada por cargos de tráfico sexual.
"Su residencia estará marcada por el aburrimiento, convictas y funcionarios ruidosos, y simplemente la monotonía", dice el consultor penitenciario Christopher Zoukis sobre la exjefe de Theranos.
La empresaria estará rodeada de otras mujeres que cumplen condena por delitos no violentos como tráfico de drogas o lavado de dinero, y la instalación es relativamente segura para las reclusas, ya que los conflictos físicos son poco habituales. Holmes "tendrá cierta notoriedad debido a su crimen, pero no creo que vaya a tener un blanco pegado a su espalda", estima Zoukis.
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Si, como se espera, Holmes es sentenciada a menos de 10 años, sería elegible para el campo de seguridad mínima en Dublín que no tiene cercas ni alambres de púa.
Según el manual que la prisión dispone para las convictas, ofrece practicar artes y manualidades tales como bordado, tejido y crochet; deportes como ping pong, baloncesto y voleibol; y acceso a capacitación "para trabajos no tradicionales como mecánicos de autos, electricistas, plomeros, operadores de montacargas y pintores".
Una sentencia de más de 10 años podría colocarla en una instalación vecina de baja seguridad que permite a los prisioneros estar en las terrazas y realizar actividades similares a las que ofrece el recinto de seguridad mínima, indica el manual. En Victorville, los programas recreativos incluyen pilates, spinning y pintura mural.
Shock total
Aún así, "va a ser un shock total para su sistema", afirma la consultora penitenciaria Holly Coulman, que cumplió 13 meses en Victorville luego de ser declarada culpable en 2014 de fraude electrónico mientras trabajaba en Hewlett Packard.
Cuando fue encarcelada, Coulman dijo que los materiales de la clase de yoga solo estaban disponibles en cintas de video obsoletas y que los edificios están "helados sin importar dónde vayas". Afirma que las presas "gritarán" a Holmes y miembros del personal que podrían estar resentidos por su estatus y riqueza anteriores "ladrarán órdenes".
Otra complicación puede ser el reciente aumento de casos de Covid-19, que obligó a las prisiones de EEUU a reducir las visitas familiares y las actividades comunitarias, cambiando la comida caliente que se sirve en comedores por comida en bolsa.
"Todos los días reciben mantequilla de maní, mermelada y sándwiches de mortadela, una y otra y otra vez", asegura Coulman.